Bal de Soie
Para culminar este periplo barcelonés, Hermès celebró su tradicional Bal de Soie en el Palacio de Can Clota, un majestuoso caserón a las afueras de la ciudad. Los asistentes –vestidos de etiqueta para la ocasión– se toparon con el primer juego a su llegada: un laberinto de espejos y pañuelos en el que perderse. En el exterior, jardines de ensueño; en el interior, frescos y artesonados. Pepi de Boissieu y Vía Venetto propusieron una versión contemporánea de la cocina francesa del siglo XVII, servida bajo la luz de candelabros y lámparas de cristal. Maquilladores y peluqueros transformaron a los presentes, que se entregaron a las peculiaridades de una noche de máscaras y baile. Románticas lecturas de carrés, performers parisinos con los que alternar, bailarines en recovecos imprevisibles y enormes cicloramas de seda frente a los que fotografiarse. Una gran fiesta de gala, perfecto colofón final.