El ilustrador Pierre Marie diseñó el espacio, que permaneció abierto durante 10 días e incluyó todo tipo de actividades lúdicas.
Un fotomatón, talleres de origami, dibujos personalizados y mucha magia; una lavandería Hermèsmatic para teñir pañuelos y un tocador donde aprender el arte de anudarlos. Además del circuito único, un jardín secreto sorprendió a los visitantes. Helados y tostadas de hummus y tzatziki –basados en la apariencia del carrés– fueron los aportes culinarios a esta hermosa experiencia, abierta a todo aquel que quiera saborearla.