Cada espacio fue ambientado para reflejar y transmitir la liviandad y calidez de la cultura mediterránea. Los invitados se encontraron con un barco pesquero repleto de cristales azules y una proyección del icónico atardecer mediterraneo. En la planta superior, los invitados conocieron a la artista Caterina Roma, quien trabajó en tiempo real con su torno y exhibió sus obras. En una segunda habitación, un cestero creaba piezas rodeado de cestería clásica de la región y por último, una habitación con una instalación de telares.